Así podíamos titular las experiencias, que un grupo de jóvenes, transmitieron a toda la Comunidad en una sencilla y familiar cena compartida en el Colegio el día 18 de octubre. Nadie nos contó las actividades, los trabajos, los lugares donde estuvieron… No, eso no importaba. Importaba hablarnos con todo el cariño de la prolongación del colegio en verano “a través de distintas actividades, que no pueden darse en el ciclo escolar. Así lo titularon envuelto en un montón de recuerdos y cariño, a lo largo de toda la cena.
Así podíamos titular las experiencias, que un grupo de jóvenes, transmitieron a toda la Comunidad en una sencilla y familiar cena compartida en el Colegio MM.Concepcionistas Princesa el día 18 de octubre.
Nadie nos contó las actividades, los trabajos, los lugares donde estuvieron… No, eso no importaba. Importaba hablarnos con todo el cariño de la prolongación del colegio en verano “a través de distintas actividades, que no pueden darse en el ciclo escolar. Así lo titularon envuelto en un montón de recuerdos y cariño, a lo largo de toda la cena. Primero ambientaron cada grupo, su exposición o sus experiencias con un video en que se les veía en distintos momentos con las personas o los niños. Eran tres grupos.
Empezó el primero con EL CAMPO DE TRABAJO, en Pozoblanco. Para algunos era la primera vez que se acercaban a esta realidad, para otros ya no. Era repetir con esta realidad de minusválidos. Se entregaron con ganas a su trabajo un tanto duro para su sensibilidad y fuerzas. Pero todos recordaban la misma expresión de gozo de fortaleza en sus caras y gestos. Se referían a los enfermos y que a ellos les servía de ánimo: ADELANTE. Son maravillosos, felices en sus gestos y palabras. Al verlos te dan ganas de vivir. Les ves felices y contagian su felicidad. Y es que es una experiencia en tu vida que ya no puedes dejar, ni olvidar, que te sigue por los lazos que se han creado. Lazos muy fuertes. Y claro no somos nosotros los que queremos volver, son ellos loa que con su cariño y actitud y agradecimiento, te `piden que vuelvas que regreses a recoger lo que allí hemos dejado. Te dejaste el cariño: vuelve”. Entonces, decía un joven, como no regresar el próximo verano? Es como seguir sintiendo una llamada al corazón de gozo y de amor para vivirla y renovarla. VOLVEREMOS.
Y vamos con el siguiente grupo. Los que realizaron EL CAMINO DE SANTIAGO. Había caminatas, cansancio, sobre todo algunos días. Pero una palabra tantas veces repetida en el Colegio: Adelante, siempre adelante, te daba ánimos para superar el cansancio y seguir, además con alegría y decisión, a lo que se unía el ejemplo de los que como nosotros hacían la misma ruta y con los mismos fines. Todo este empuje nos animaba a seguir, a dar un paso más: y es que el ejemplo arrastra y la meta no se olvida: sigue, adelante. La meta esta cerca. Y ante los cansancios, siempre un buen samaritano: la camioneta de M. Esperanza, que en momentos especiales aparecía. Y adelante, siempre adelante como tantos peregrinos que vimos en este camino.Hay que llegar con buen ánimo. El esfuerzo, la esperanza y el coraje y el corazón bien dispuesto…. Y adelante, siempre adelante. La meta ya está cerca. Y seguíamos las enseñanzas, lo aprendido en el Colegio.
¿Y qué decir del Campamento Concepcionista de verano?. Y es que los niños ni en verano hacen vacaciones. El lema elegido por este grupo era: “Amad a los niños y sabréis educarlos.”Fue una tarea bonita a la vez que algo difícil. Pues los niños son bonitos, pero tienen de todo.Ellos, se dejan amar, querer. Y a ti te hacen disfrutar viendo como gozan, como juegan, como no paran. Cómo te quieren. A veces nuestras noches eran cortas y con ganas de descansar, pero no siempre se podía. Ellos tienen cuerda para largo. Te daban ganas de decir no puedo déjame dormir, pero sus caritas llenes de ternura y amor, eran el gran despertador. Verlos jugar, saltar bañarse, gritar, te daban ganas de acercarte y darles un achuchón, un buen abrazo y un beso. Era el colegio, era una continuación del colegio en verano. Nosotros los maestros Y en el verano cuando ya no hay clases cerradas de aula, cuenta la ilusión, el juego y ls ternura que se nos es capa por todos los poros ante sus miradas, sus risas y hasta sus enfados y los nuestros. Pero es nuestro colegio de verano, eran nuestros niños a los que estábamos educando. Nos sentíamos maestros, llenos de orgullo. Seguiremos siendo maestros de niños.
Y terminaron los tres grupos con la misma ilusión. Unos visitar enfermos, otros recorrer caminos con un fin y una meta y otros tratar a los niños con cariño y amor como un colegio.
Y nosotras les decimos a los tres grupos. ¡FELICIDADES! Por saber transmitir los valores que un día aprendisteis en el Colegio.