Seguidoras de la Congregación Concepcionistas Misioneras de la Enseñanza fundada por Santa Carmen Sallés y Barangueras en Burgos, España, con la misión de evangelizar a través de la educación.
Colaboradoras directas de M. Carmen Sallés.
Las dos primeras Superioras Generales hicieron posible una progresiva continuidad congregacional
M. Providencia Esquíroz e Íñigo (1911 – 1919)
Alumna de M. Carmen desde los diez años, fue elegida sucesora suya con 30 años de edad, en el I Capítulo General.en 1912 inició las fundaciones de Italia (que no prosperó) y del Brasil, donde dejó abiertas tres casas.En 1917 promovió la celebración de las Bodas de Plata del Instituto.
M. Lourdes Alonso Martínez (1919 – 1932)
Fue una de las primeras religiosas. Colaboró desde muy joven con la Madre Fundadora en tareas de Gobierno. Trabajó con especial empeño en la aprobación del Instituto y de sus Constituciones, a cuyo fin viajó a Roma en 1925. Visitó dos veces las casas del Brasil, de donde regresó ya muy enferma a España en 1931, al proclamarse la II República. Falleció pocos meses después.
Profundas transformaciones sociales y eclesiales marcaron las dos siguientes etapas en el gobierno del Instituto:
M. Piedad Espinal e Íñigo (1933 – 1958)
Tuvo que afrontar dos guerras: la civil española (1936 – 1939) y la Segunda Guerra Mundial (1939 – 1945) en que el Brasil particípó como país beligerante. En medio de las dificultades de la posguerra española, alentó la celebración de las Bodas de Oro y se ocupó en dos procesos, pese a sendos extravíos de documentos: la Beatificación de M. Carmen y la aprobación definitiva de las Constituciones y del Instituto, alcanzada el Año Mariano de 1954. Llevó la Congregación al Japón y a Venezuela. En 1958, al ser una vez más reelegida para el cargo de Superiora General, presentó su renuncia al Capítulo, por entender que no estaba en la mente de la Iglesia un gobierno tan prolongado.
M. Regina Arias Pedroarena (1958 – 1970)
Su ardiente vocación de educadora y su visión de futuro la llevaron a impulsar la introducción del bachillerato en los colegios de España, en 1925. Y, posteriormente, las residencias para jóvenes universittarias. Llevó la presencia concepcionista a Estados Unidos e hizo realidad el deseo de M. Carmen de tener una casa en Roma. La firmeza y fortaleza de su carácter, fue clave en la congregación al coincidir su etapa de gobierno con la preparación y desarrollo del Concilio Vaticano II y con los primeros pasos de su aplicación.
En la etapa posterior al Concilio Vaticano II, la Congregación profundiza en sus raíces carismáticas y renueva su impulso misionero:
M. Catalina Ruiz de Elvira y Mira (1970 – 1976)
Abordó el difícil periodo del aggiornamiento postconciliar con un talante de cordialidad, apertura y comprensión. Mantuvo y alentó una actitud positiva ante el descenso de vocaciones y el inicio de una etapa de mayores dificultades en la enseñanza. En ambas situaciones promovió actitudes de fe y respuestas de eficacia, mediante una mayor especialización para la enseñanza y la pastoral. Inició la presencia concepcionista en Africa: República del Congo; y en algunos países de América: Perú (que no prosperó) y República Dominicana.
M. Natividad Osúa Díez (1976 – 1982)
En la misma línea de serena fidelidad a las orientaciones de la Iglesia, convocó en la Congregación un año de acción de gracias al cumplirse los 25 de la aprobación definitiva del Instituto y las Constituciones; y alentó los trabajos de su revisión y adaptación a las orientaciones del Concilio. Mantuvo la apertura misionera hacia el continente africano, inciando la misión de Guinea Ecuatorial. Sus numerosos viajes dan fe del empeño por mantener la atención personal en el trato con las religiosas.
M. Carmen Bernal (1982 – 1988)
El amor a la Congregación y a su Fundadora, la llevaron a promover los estudios sobre M. Carmen Sallés y a impulsar la segunda etapa de su Proceso de Beatificación. En su generalato culminó la revisión de nuestra legislación, con la aprobación pontificia del Directorio. Llevó la presencia concepcionista a Corea del Sur y a Filipinas. Ella misma se hizo portadora de esa presencia, mediante la frecuente información sobre sus encuentros con las hermanas de diferentes países.
M. María Mateu Viñas (1988 – 2000)
Dos efemérides marcan los dos sexenios a que se extendió su generalato. En 1992, la celebración del I Centenario de la Congregación y la Beatificación de M. Carmen Sallés por el Papa Juan Pablo II el 15 de marzo de 1998. Llevó la Congregación a México. Y gracias a su extraordinaria capacidad de trabajo y reflexión, enriqueció nuestro Patrimonio Espiritual con un elenco de cartas circulares de gran valor teológico y espiritual.
M. María Luz Martínez Andrés (2000 – 2012)
A partir del año 2000, ha dado un fuerte impulso a la Misión de la Congregación en la Iglesia y en el Mundo. Estos son los principales puntos de su proyección apostólica:La Misión Compartida.-La puesta en marcha del Movimiento Laico Concepcionista.-La creación de la Fundación para el desarrollo “Siempre Adelante”.-Transformación de la Delegación de Estados Unidos en Delegación de América del Norte, con la incorporación de las casas de México.-Apertura de una casa en Cochín, Estado de Kérala, en la India-Revisión y renovación de las Constituciones y Directorio general.-Fundación en el Congo Brazzaville.-Fundación en Larantuka, en la isla de Flores en Indonesia.
En el XIV Capítulo General celebrado en Marcilla (Navarra, España), ha sido reelegida para el sexenio 2006 – 2012
M. Mª Isabel Moraza Herrán (2012 – 2018)
En el XV Capítulo General, celebrado durante el mes de Julio de 2012 en San Lorenzo de El Escorial (Madrid), fue elegida Superiora general para el sexenio (2012 – 2018) M. Mª Isabel Moraza Herrán.