Mensaje del Papa de cara la Cumbre de Medio Ambiente COP25 celebrada en Madrid en diciembre de 2019
El Santo Padre ha enviado un Mensaje a los participantes en el Vigésimo quinto período de sesiones de la Conferencia de los Estados Parte en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático reunidos en Madrid, del 2 al 13 de diciembre de 2019.
“¡Ojalá podamos ofrecer a la próxima generación razones concretas para esperar y trabajar por un futuro bueno y digno! Espero que este espíritu anime el trabajo de la COP25, a la cual deseo mucho éxito”, es el aliento del Papa Francisco a los participantes en la Conferencia sobre el Clima de las Naciones Unidas reunidos en Madrid, España, del 2 al 13 de diciembre de 2019.
Una creciente toma de conciencia de la Comunidad Internacional
En su Mensaje, dirigido a la Sra. Carolina Schmidt, Ministra de Medio Ambiente de Chile, Presidenta de la COP25, el Santo Padre recordó que, desde el 12 de diciembre de 2015, la COP 21 adoptó el Acuerdo de París, cuya aplicación "requerirá un compromiso concertado y una dedicación generosa por parte de cada uno". Su rápida entrada en vigor, en menos de un año, y las numerosas reuniones y debates destinados a reflexionar sobre uno de los principales desafíos para la humanidad, el del cambio climático, y a identificar las mejores formas de aplicar el Acuerdo de París, subrayó el Pontífice, han puesto de manifiesto una creciente toma de conciencia por parte de los distintos actores de la comunidad internacional de la importancia y la necesidad de "trabajar juntos en la construcción de nuestra casa común".
Los compromisos actuales distan mucho de los objetivos establecidos
A pesar de estos esfuerzos emprendidos, el Papa Francisco señaló que, “después de cuatro años, debemos admitir que esta conciencia sigue siendo bastante débil, incapaz de responder adecuadamente a ese fuerte sentido de urgencia de acción rápida que exigen los datos científicos de que disponemos, como los descritos en los recientes informes especiales del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC)”. Estos estudios, precisó el Pontífice, muestran que los compromisos actuales de los Estados para mitigar el cambio climático y adaptarse a él distan mucho de ser los que realmente se necesitan para alcanzar los objetivos establecidos en el Acuerdo de París.
“[¡Demuestran lo lejos que están las palabras de las acciones concretas!]”
Creciente necesidad de transformar nuestro modelo de desarrollo
En la actualidad, afirma el Santo Padre, existe un creciente acuerdo sobre la necesidad de promover procesos de transición, así como una transformación de nuestro modelo de desarrollo, para fomentar la solidaridad y reforzar los fuertes vínculos entre la lucha contra el cambio climático y la pobreza. Así lo demuestran también las numerosas iniciativas que se han puesto en práctica o están en marcha, no sólo por parte de los gobiernos, sino también de las comunidades locales, el sector privado, la sociedad civil y las personas. Sin embargo, sigue siendo motivo de gran preocupación la capacidad de esos procesos para respetar el calendario exigido por la ciencia, así como la distribución de los costos que requieren.
Necesitamos una voluntad política clara, previsora y decidida
Es por ello, señala el Papa Francisco que, debemos preguntarnos seriamente si existe la voluntad política de destinar con honestidad, responsabilidad y coraje, más recursos humanos, financieros y tecnológicos para mitigar los efectos negativos del cambio climático, así como para ayudar a las poblaciones más pobres y vulnerables que son las más afectadas. Los numerosos estudios, puntualiza el Pontífice, nos dicen que todavía es posible limitar el calentamiento global. Para ello necesitamos una voluntad política clara, previsora y fuerte, decidida a seguir un nuevo rumbo que apunte a reorientar las inversiones financieras y económicas hacia aquellas áreas que realmente salvaguarden las condiciones de una vida digna de la humanidad en un planeta "sano" para hoy y para mañana.
Tenemos el "desafío de civilización" por el bien común
Todo esto, concluye el Santo Padre, nos invita a reflexionar concienzudamente sobre la importancia de nuestros modelos de consumo y producción y sobre los procesos de educación y sensibilización para hacerlos coherentes con la dignidad humana. En este sentido, el Papa invita a los participantes en la COP25 a tener presente que, nos enfrentamos a un "desafío de civilización" en favor del bien común y a un cambio de perspectiva que sitúa esta misma dignidad en el centro de nuestra acción, que se expresa claramente en el "rostro humano" de las emergencias climáticas. Por ello, debemos aprovechar esta ocasión mediante acciones responsables en los ámbitos económico, tecnológico, social y educativo, sabiendo muy bien que nuestras acciones son interdependientes.
No cargar a los jóvenes con los problemas de otras generaciones
Finalmente, antes de concluir son su Mensaje, el Papa Francisco dirige su pensamiento a los jóvenes de hoy, quienes muestran una gran sensibilidad a los complejos problemas que surgen de esta "emergencia". “No debemos cargar a las próximas generaciones con los problemas causados por los anteriores. Debemos darles, en cambio, la oportunidad de recordar a nuestra generación como aquella que renovó y actuó – con conciencia honesta, responsable y valiente – la necesidad fundamental de colaborar para preservar y cultivar nuestra casa común”.
La COP25 será una de las citas de carácter político internacional más importantes del año. Organizada por las Naciones Unidas (ONU) desde 1995, se trata de la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Cambio Climático, por sus siglas en inglés: COP, que tendrá lugar del 2 al 13 de diciembre de 2019. Este importante evento ha adquirido aún mayor relevancia para España, ya que, si bien estaba planeado que la edición número 25 del COP se celebrara en Chile, la inestabilidad social acontecida durante las últimas semanas en el país latinoamericano a raíz de conflictos políticos ha terminado por trasladar el evento al Ifema de Madrid, a petición propia del gobierno chileno.
En la página web oficial del encuentro podréis descargar materiales y conocer el día a día del encuentro.
WEB oficial COP25
Objetivos para 2030
También reproducimos aquí los diez puntos íntegros que los cardenales, patriarcas y obispos de la Iglesia reclamaron para “llamar a una seria consciencia y educación ecológica” de cara a la cumbre sobre el cambio climático COP21 –que se celebró en París del 30 de noviembre al 11 de diciembre–. Todos ellos aún vigentes y urgentes.
1. Tener en cuenta no solo los aspectos técnicos del cambio climático sino también, y sobre todo, los aspectos éticos y morales de conformidad con el artículo 3 de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC).
2. Aceptar que el clima y la atmósfera son bienes globales comunes de todos y para todos.
3. Adoptar un acuerdo mundial justo, motor de un cambio transformacional y legalmente vinculante fundamentado en nuestra visión del mundo que reconoce la necesidad de vivir en armonía con la naturaleza y de garantizar el ejercicio de los derechos humanos de todos, incluyendo los de los Pueblos Indígenas, las mujeres, los jóvenes y los trabajadores.
4. Limitar el aumento de la temperatura global y establecer un objetivo para alcanzar una completa descarbonización para mediados de siglo, con el fin de proteger a las comunidades más afectadas por los efectos del cambio climático, especialmente las que viven en las islas del Pacífico y las regiones costeras.
4.1. Garantizar que el límite máximo de aumento de la temperatura aparecerá reflejado en un acuerdo global legalmente vinculante, con acciones y compromisos de mitigación ambiciosos por parte de todos los países en función de sus responsabilidades comunes pero diferenciadas y sus respectivas capacidades (CBDRRC en inglés), según los principios de equidad, las responsabilidades históricas, y el derecho al desarrollo sostenible.
4.2. Garantizar la coherencia entre las trayectorias de emisiones y objetivo de descarbonización; así como la imposición de revisiones periódicas de las ambiciones y de los compromisos adoptados. Para ser exitosas, estas revisiones periódicas deben basarse en datos científicos y el respeto del principio de equidad, y deben ser obligatorias.
5. Explorar nuevos modelos de desarrollo y estilos de vida que sean compatibles con el clima, combatan la desigualdad y saquen a los pobres de la miseria. En este sentido, resulta esencial poner fin a la era de los combustibles fósiles, eliminar de forma gradual las emisiones de combustibles fósiles y proporcionar un acceso a la energía renovable que sea asequible, fiable y seguro para todos.
6. Garantizar el acceso de todos al agua y a la tierra para la consolidación de sistemas alimentarios resilientes y sostenibles que prioricen las soluciones impulsadas por las personas y no por los beneficios.
7. Garantizar la inclusión y la participación de los más pobres, de los más vulnerables y de aquellos sobre los que repercuten mayoritariamente las decisiones tomadas a todos los niveles.
8. Garantizar que el acuerdo adoptado en 2015 lleve consigo un proceso de adaptación que responda de forma adecuada a las necesidades inmediatas de las comunidades más afectadas y refuerce las soluciones locales.
9. Reconocer que las necesidades de adaptación están supeditadas al éxito de las medidas de mitigación adoptadas. Los responsables del cambio climático tienen la obligación de ayudar a los más vulnerables en la adaptación y la gestión de las pérdidas y daños; y de compartir la tecnología y los conocimientos necesarios.
10. Establecer hojas de ruta claras sobre cómo los países deberán cumplir sus compromisos financieros adicionales, coherentes y previsibles, de forma que se garantice una financiación equilibrada de las acciones de mitigación y de las necesidades de adaptación.