Más de 500 miembros de la Comunidad Concepcionista han acompañado a la Congregación de Religiosas Concepcionistas Misioneras de la Enseñanza en una alegre peregrinación a la Virgen de Monstserrat (Barcelona). En este Monasterio, también en un viaje de peregrinación, la Fundadora de la Congregación, Santa Carmen Sallés, sintió la llamada de Dios y vivió por primera vez su futura vocación religiosa. La Peregrinación, que se ha desarrollado durante tres días, del 16 al 18 de marzo, ha estado protagonizada por la bendición de una escultura de la santa, situada en el camino de San Miquel, próximo al Monasterio. La celebración estuvo oficiada por el Abad del Monasterio.
Más de 500 miembros de la Comunidad Concepcionista han acompañado a la Congregación de Religiosas Concepcionistas Misioneras de la Enseñanza en una alegre peregrinación a la Virgen de Monstserrat (Barcelona). En este Monasterio, también en un viaje de peregrinación, la Fundadora de la Congregación, Santa Carmen Sallés, sintió la llamada de Dios y vivió por primera vez su futura vocación religiosa. La Peregrinación, que se ha desarrollado durante tres días, del 16 al 18 de marzo, ha estado protagonizada por la bendición de una escultura de la santa, situada en el camino de San Miquel, próximo al Monasterio. La celebración estuvo oficiada por el Abad del Monasterio.
Las jornadas también han estado amenizadas por muchos otros actos organizados en dos programas diferentes, uno para escolares y otro para adultos. Todos los asistentes han podido disfrutar de visitas culturales y han compartido momentos de convivencia que ayudaron a fortalecer los lazos entre los miembros de la Familia Concepcionista. Desde este medio agradecemos a la organización la buena organización de las jornadas, y, del mismo modo, damos las gracias a todos los asistentes, a la comunidad de monjes del Monasterio de Montserrat, y por supuesto, a los autores de la escultura, los hermanos Jorge y Jose Ángel Aznarez.
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PRESENTACIÓN DE LA IMAGEN
M. Mª Isabel Moraza
Superiora general
Hoy con gozo, como familia concepcionista, hemos subido a Montserrat, alto, muy alto; empinado el camino; de gran belleza. En estas montañas, se erigió un monasterio que cobija un santuario mariano, donde la moreneta guarda secretos de tantos corazones.
Y aquí, llegamos esta tarde a la ‘estela de los santos catalanes’. Ellos han ido ascendiendo hasta el cielo, y en su memoria, recorremos el camino, curiosos o creyentes, pidiendo que nos transmitan su fe y su ardor en la senda de la vida.
Entre ellos, una mujer, Carmen de Jesús Sallés y Barangueras, fundadora de la congregación de Religiosas Concepcionistas Misioneras de la enseñanza, nacida en Vic el 9 de abril de 1848, que murió en Madrid el 25 de julio de 1911 y a quien el Papa Benedicto XVI canonizó el 21 de octubre de 2012. Por ella estamos aquí. Con gratitud y confianza.
En 2004, siendo beata, nos acercamos erigiendo un monolito, haciendo memoria de su vida y de nuestra gratitud.
Hoy volvemos, y colocamos sobre la roca firme del monolito, una imagen de bronce, que la trae como ella era, una mujer creyente, lúcida y generosa, valiente y serena. Preciosa y delicada imagen.
M. Carmen: “Podemos mirarte sin cansarnos, y de tanto mirar oiremos alguna palabra tuya, de aquellas que guardamos en el corazón, las que dirigías a Dios, las que oímos las hermanas y sobre todo, aquellas que las niñas recibían”.
¿Qué contiene esta imagen? ¿Qué guarda y qué desvela?
Santa Carmen de Jesús Sallés y Barangueras,
toda de Dios,
libre para entregarse.
El hábito, el gesto, la posición interior muestran, desvelan a una mujer consagrada, toda de Dios, obra suya antes de ser la obra de un artista al que bien podemos felicitar. ¿Puede una mujer ser ‘toda de Dios’?
Los artistas nos pueden decir cómo se va esculpiendo poco a poco, paso a paso, gesto a gesto. Así fue haciendo el señor en la vida de M. Carmen, a retazos, con el gozo del que recibe a Dios y experimenta su amor que llama, que colma, que envía; con lucha frente a las propias tentaciones, a los desánimos que conlleva la vida; con esperanza al recibir la propia historia como historia de salvación, hasta el culmen, hasta llegar a ser santa, toda de Dios.
Hay paz en la imagen, sosiego en el gesto, cercanía en la presencia. Tan solo una imagen. Qué bien refleja al Dios que la contiene.
Y quien acepta ‘olvidarse a sí misma’, conquista progresivamente ‘la libertad para entregarse’.
La imagen refleja claramente la dedicación de Sta Carmen a la educación de los niños. ¿Qué inquietudes, qué proyectos, qué problemas tendría que discernir, examinar o resolver? Sin duda más de uno, y sin embargo, esta imagen nos muestra a M. Carmen, dedicada, entregada, centrada en la tarea. Como si no hay otra cosa que hacer; como si nada fuera de mayor relevancia que la niña que espera aprender una lección, un consejo, una corrección… para irse pareciendo a la Inmaculada. Mucha tarea en poco tiempo. Por eso necesita encontrar a M. Carmen ‘libre para entregarse’.
Así nos quiere ella: ‘haz lo que haces, hazlo bien y hazlo por Dios’. ‘Cuando estén con las niños, no se ocupen de otra cosa’.
Esa libertad para entregarse viene de la pureza que se va labrando en el corazón, se refleja en la paz del semblante, en la mirada que penetra, buscando a Jesús en el corazón de esta niña, y sin parar hasta encontrarlo.
Agradecemos mucho a los artistas esta imagen. Sin duda nos ayuda a vivir como consagrados, ‘hijos e hijas de Dios’ y cada vez más libres para entregarnos en la vocación y en la misión que recibimos.
Confiamos a su intercesión cada peregrino que aquí llegue y sienta alegría o cansancio, bondad o desánimo. Ella le dirá al corazón ‘adelante, siempre adelante, Dios proveerá’.
Agradecemos al Padre Abad, a la comunidad que usted representa y a cuantos aquí colaboran para un mayor bien, el habernos facilitado este acto, y el orgullo de compartir la santidad de M. Carmen a quien queremos muchísimo.
Muchas gracias a todos vosotros aquí reunidos, en familia concepcionista.
M. Mª Isabel Moraza rcm
Superiora General.