El pasado 10 de marzo la familia concepcionista de Segovia se enfundó sus mejores galas, en lo que a ropa deportiva se refiere, y, a las 10.00 horas, puso rumbo a la localización donde se ubicarán las instalaciones del nuevo colegio en el barrio de El Sotillo.
El pasado 10 de marzo la familia concepcionista de Segovia se enfundó sus mejores galas, en lo que a ropa deportiva se refiere, y, a las 10.00 horas, puso rumbo a la localización donde se ubicarán las instalaciones del nuevo colegio en el barrio de El Sotillo.
La caminata, enmarcada dentro de las actividades programadas con motivo del 125 aniversario de la fundación del centro educativo en Segovia, comenzó con la salida del casi medio millar de participantes —más de 400— desde el hall del colegio. Padres, madres, un significativo número de profesores del centro, religiosas y una gran representación del alumnado —de todas las edades— se sumaron a esta iniciativa, porque la familia que camina unida, guiada por los mismos valores, permanece unida. Todos ellos bajaron la cuesta de San Juan para atravesar San Lorenzo por Vía Roma en dirección a lo que, más pronto que tarde, será el tan deseado nuevo edificio.
Una vez llegaron a la zona de las obras —tras disfrutar de un agradable paseo de algo menos de una hora y de un tiempo más que primaveral— varias educadoras procedieron a la sepultura de sendas piedras decoradas por alumnos, padres y profesores, bajo lo que será la capilla y justo al lado de la arqueta de la primera piedra. “En todas las clases hemos dado la posibilidad de pensar que eso va a ser el cimiento del colegio y que así se valorara qué querían depositar. Repartimos unas piedras para que cada uno las decorase a su gusto. Allí hay sueños, proyectos, nombres, ilusión… sobre todo cuando los alumnos te dicen «que sus hijos caminarán sobre sus piedras»”, comentó Madre Carmen Fernández, directora general del centro.
La Asociación de Padres y Madres del colegio, también muy presente en la celebración, proveyó a los asistentes de bocadillos y bebidas para coger fuerzas antes de una divertida clase de zumba en ese mismo lugar. Antes de regresar cada uno a sus casas, los profesores bajaron de nuevo al terreno en obras y allí fueron conociendo qué se localizará en cada lugar.